Blog MundoMayor

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Quedamos pocos en la fase 1, la mayoría ya están a mediados de la fase 2, algunos ya alcanzaron la fase 3 y esperamos volver a la ?nueva normalidad? en pocas semanas, todos.

La cuarentena recalcitrante a la que nos estamos viendo sometidos por culpa de esta COVID19 no puede arruinar nuestras ganas de lucir el bañador, bikini o trikini de moda, este verano.

A falta de gimnasio o de espacio en casa para hacer ejercicio durante estos meses, estar bien se impone hacer dieta como opción para perder el peso de este sedentarismo pseudo impuesto. Pero es importante no dejarse arrastrar por los cantos de sirena de las que, aunque estén de moda por su eficacia a corto plazo (en algunos casos, no siempre), pueden perjudicar nuestra salud.

A este respecto personal de la prestigiosa Clínica Mayo ha publicado un artículo recientemente en el que nos ofrece una interesante información sobre algunas de estas ?dietas trending topic?, con sus pros y sus contras.

Vamos a comentar algunas.

AYUNO INTERMITENTE o AUTOFÁGICA

La versión ?top? consiste en comer con normalidad hasta las 18:00 horas y no volver a ingerir alimento alguno hasta las 10:00 horas del día siguiente.

Durante las horas en que sí se permite comer, la alimentación debe ser equilibrada y sana, no obstante. No es restrictiva en cuanto al tipo de alimento, pero si se quiere hacer bien hay que nutrirse de forma saludable.

La versión ?light? es igual, pero en vez de restringir por completo la alimentación entre las 18:00 horas y las 10:00 horas del día siguiente, se pueden comer alimentos de bajo nivel calórico e índice glucídico.

Evidentemente, la primera opción es más eficaz.

Aunque está permitido comer con libertad durante el periodo estipulado, este ayuno programado está normalmente asociado a una reducción calórica total, lo que promociona ese adelgazamiento pretendido.

Otra de las ventajas que alegan quienes están abonados a este tipo de dieta es que puede ralentizar procesos patológicos relacionados con la edad.

Si bien algunos estudios han demostrado que el ayuno disminuye el azúcar en sangre, la presión arterial y los niveles de colesterol, lo cierto es que éstos se basan en trabajos llevados a cabo con animales, y a corto y medio plazo, por lo que aún queda bastante por estudiar al respecto.

El veredicto de Mayo: Simplemente, no hay suficientes investigaciones (todavía) para respaldar o desmitificar esta tendencia, y reducir el período de alimentación puede dificultar la obtención de las vitaminas y de los minerales que necesitas. A los atletas en particular puede resultarles difícil obtener y recuperar energía de forma adecuada para un estilo de vida activo.

DIETA CETOGÉNICA

En la década de los 60 estuvo muy moda entre famosos y famosas la dieta creada por el cardiólogo Robert C. Atkins. Ésta se basaba en el uso reducido de los hidratos de carbono como sustrato nutricional, en beneficio de proteínas y grasas. Así que no se puede decir que sea una dieta novedosa. Sin embargo sigue estando de moda.

Se fundamenta en proporcionar energía al organismo a través de los cuerpos cetónicos procedentes de la digestión de las grasas, en vez de la glucosa de los carbohidratos.

No significa que la cantidad de hidratos se tenga que reducir a cero, porque eso sería incompatible con la vida saludable de tus órganos, pero sí disminuirla hasta no más de 50 gramos por día.

Parece ofrecer, además de la pérdida de peso, ventajas para personas epilépticas y diabéticas, al disminuir ataques y glucosa en sangre, respectivamente.

No obstante se trata de un procedimiento no ausente de riesgos para la salud si se sigue durante mucho tiempo. Quizá como ?dieta de choque? pudiera estar indicada en personas que gozan de buena salud, pero más allá de eso no es aconsejable.

En primer lugar este cambio de hábito nutricional pasa factura a corto plazo: cambios de humor, dolores de cabeza, mareos, halitosis, etc. Es el tiempo que tardará tu cuerpo en acostumbrarse a un nuevo sustrato energético que, por otro lado, sólo es capaz de manejar con destreza el sistema nervioso (en ausencia de glucosa suficiente). El sistema musculoesquelético lo pasa francamente mal.

En segundo lugar un tipo de alimentación tan restrictivo en nutrientes esenciales puede provocar alteraciones funcionales y/o digestivas por falta de alguno de éstos.

El veredicto de Mayo: Si bien la dieta cetogénica puede ser recomendable para algunas personas con epilepsia no controlada, el alto contenido de grasas ?y, particularmente, el nivel elevado de grasas saturadas poco saludables? en combinación con la cantidad limitada de frutas, vegetales y granos ricos en nutrientes es una preocupación para la salud del corazón a largo plazo.

DIETA «WHOLE 30»

Se pronuncia ?joul treinta? y se refiere al tiempo durante el cual se permiten algunas cosas y otras no.

¿Qué NO está permitido ingerir durante 30 días?

Azúcar, cereales, legumbres, alcohol, bollería, lácteos y cualquier tipo de comida o alimento que incorpore a su composición alguno de estos.

¿Qué SÍ está permitido durante estos 30 días?

Carne, marisco y huevos de forma moderada, vegetales y hortalizas, algunas frutas, frutos secos y aguacates.

Sus creadores afirman que los cambios psicoemocionales asociados al cambio de hábito alimentario mejora procesos dermatológicos, trastornos digestivos leves, incrementa la vitalidad y reduce el dolor crónico.

Al ser un tipo de dieta novedosa hay una creciente comunidad detrás ofreciendo recetas, lo que la hace bastante asequible para casi todo el mundo.

En nuestra opinión es, en cierto modo, arrogarse la titularidad de los hábitos saludables, aunque llevados al extremo. Es decir: si restringimos la cantidad de alimentos que el sistema digestivo procesa de forma más lenta y trabajosa, las calorías ?vacías? y la comida basura, es evidente que nuestra percepción (como mínimo) de mejor salud y bienestar será significativa.

Esto debería formar parte del ideario general de la alimentación sana y saludable, y no ser parte de una ?dieta de moda?.

La mayoría de las personas vuelve a sus hábitos alimentarios anteriores después de completar el desafío.

El veredicto de Mayo: No solo elimina alimentos que la mayoría deberíamos comer menos, como el azúcar refinado, sino que también elimina alimentos saludables, como cereales integrales, lácteos y legumbres. Un enfoque más sostenible: No elimines grupos de alimentos. Disfruta de la variedad, incluso del postre (siempre que sea ocasional).

Recuerda: no hay vías rápidas hacia la pérdida de peso sin efectos perniciosos asociados en mayor o menor grado. La máxima sería mantenerse en un peso adecuado a la idiosincrasia personal, comer de forma saludable, evitar pasarse con cierto tipo de alimentos y comidas y, sobre todo, hacer ejercicio.

Todo lo demás son eso: modas más o menos arriesgadas.